Hija:
Si de Amor te pudiera hablar a pesar de la tristeza de mi
corazón te diría, que fui por el hasta el otro mundo, que no hubo barrera que
me pudiera detener, que pase noches y días de inmensa alegría y de devastaste tristeza,
que tenía tantas ganas de dedicarle mi vida entera y ame con locura hasta que
mi mente ya no supo cómo engañarse. Se me acabo la esperanza y tuve que
despertar y no sé si era un sueño u tal vez una pesadilla.
Mil veces mordí mis labios ante el filo de sus palabras
hasta que llego un día que hasta mis labios me renegaban, los secretos dejaron
de ser mudos en mi mente y se me acabaron los argumentos para defenderle. No pude
más estaba al descubierto, mi silencio de amor hablaba a gritos, mis lágrimas
me condenaban y aunque quería correr atrás y cerrar los ojos, no encontraba el
camino de regreso al silencio.
Amor, le amé tanto y tanto que me perdí y ya no sabía quién
era, yo solo quería abrazarlo como abraza el suicida su deseo de muerte. Pero ahí
estabas tú y tu sonrisa pequeñita que daban luz a mi oscuridad, que me hacían flotar
en mi mar de llanto.
Ame a tu padre con todas mis fuerzas y no me arrepiento del dolor porque el premio fuiste TU y a pesar de nuestros errores, de nuestras
debilidades, de nuestras diferencias, logramos un sol en nuestras vidas,
logramos alumbrar las tinieblas de nuestros corazones y naciste TU, el amor de
nuestros amores.
Mamá