La clave corazón

un espacio para quien crea en el amor...

martes, 14 de octubre de 2008

LA VULGARIDAD EN NUESTRAS VIDAS...


Estoy deacuerdo en que la television como la radio es un medio para entretener y sobretodo para vender, pero lo que antes era lo que podria ser sensual, ahora es solo sexual, lo que era romantico ahora es gortesco y agresivo, no hay muchos actores ni actrices, pero como abundan las vedettes... no podemos exigir que la television o la radio nos eduquen, pero si que nos respeten, que sean creativos que se esfuercen por ser realistas y no pateticos, inteligentes y no prosaicos...


Que ves en television, que escuchas en la radio que premia el rating que vende que circula dentro de nuestras casas?

Y me pregunto de quien es la culpa de tanta vulgaridad, de tan poca calidad y de tanta desverguenza? si de nosotros que la aceptamos o de aquellos que la producen?


En merdacotecnia le llaman “la demanda del mercado” en television dicen... ay que darle al publico .... lo que pide? aclaro que no en todos los programas aparece, pero si en la mayoria...

Y es que aun cambiando de canal o de estacion esta ahi... no falta, no se oculta, se pasea cual modelo en pasarela, se mueve y nos invade, es hija de la mediocridad, la prima hermana de la apatia, es peor que una epidemia, es tan solo.... la vulgaridad

Y quien es? y que hace? y de donde vino?

(Felipe González para la Revista Istmo)

-"Lo vulgar se podría definir como la negación de lo particular, de lo propio, de lo que resulta específico. En ese sentido lo vulgar puede resultar sinónimo de lo masivo. Desde este punto de vista lo vulgar es simplemente lo de lo uso de común, rutinario, reiterativo.

La vulgaridad en cambio es otra cosa. La vulgaridad es el nombre que define una conducta, una actitud, el contenido de un conversación, de un escrito, de canción, la manera de vestir o comportarse, etc. La vulgaridad va más allá de lo común y corriente, para manifestarse en lo prosaico, en lo zafio, en lo inculto, con la característica de hacer gala de ello.
La vulgaridad es lo contrario de una idea esclarecedora, de un modo de comportarse de acuerdo a las características propias del sujeto, que resulta en la distinción, la dignidad, el decoro, en un estilo personal de plantarse en el mundo. La vulgaridad arrasa, iguala por lo bajo, deja sin distinción y sepulta en la indignidad, que solo se ha tolerable porque todos son así, o lo que es peor deberían serlo.
El recurso a los sinónimos y a los antónimos puede ser esclarecedor. La vulgaridad es una cierta forma de insubstancialidad, que trivializa y quiere convertir en banales las más altas expresiones del espíritu humano. La vulgaridad sumerge a las personas en la ramplonería, en los casos más leves en los tópicos y cuando se llega al exceso en la idiotez.

lo que ahora distingue a las personas no es su modo personal de ser, sino la cantidad de dinero que poseen, o si se quiere a la cantidad de bienes o servicio a los que se tiene acceso.
Es un proceso de anulación de la diferenciación. Es un proceso que rebaja y estanca, en el que el único baremo que subsiste, esta proporcionado por un materialismo craso. El principio de la búsqueda del placer a toda costa, se ha convertido en determinados ambientes, en el principio único de la realidad. La búsqueda del placer se sitúa a lo largo de todo el espectro social. No es de pobres o ricos, de ilustrados o de gente rústica, sino que se convierte en el motivo fundamental de actuación, cercenando cualquier otra dimensión del ser humano.
Por ello la vulgaridad se instaura en todos los ambientes, de los que el materialismo ha hecho tabula rasa. Si lo único que importa es el placer, el placer se vuelve una adicción en la que lo importante es su reiteración constante y cada vez más potente. La conducta humana se rebaja y busca sólo las experiencias placenteras cada vez más frecuentes y más fuertes. Se tratar de adormilar o saturar el desasosiego interior que producen las tendencias humanas a otros valores y otras satisfacciones que tienen que ver con la armonía, la paz, y el gozo de la posesión de algo que no se puede perder. Lo material por definición no basta, pues se consume y se acaba.
Las formas de comportamiento vulgares o la vulgaridad en los usos y costumbres tiende a generalizarse en los ambientes conformistas, aburguesados y cansados del trabajo y del esfuerzo.
Un factor adicional en el surgimiento de la vulgaridad como fenómeno colectivo radica en la aceptación de la ley del menor esfuerzo posible, muy ligada a la tendencia exclusiva por la búsqueda del placer. De esta forma se ha consolidado la idea de la que lo espontáneo y lo instintivo se identifican con lo natural, y lo natural aparece como lo más propio y adecuado. Pero aquí hay una falacia, pues lo espontáneo en muchas ocasiones solo es lo indeliberado, y se prescinde con ello de un dato natural: que el ser humano es racional. Lo natural en el ser humano es comportarse de acuerdo a la razón. No todo lo que le apetece es plausible, sino sólo aquello que después de un proceso deliberativo, le lleva a actuar racionalmente. Lo contrario es abdicar de su condición de persona.
Lo que hace de la vulgaridad algo tan generalizado, es que se convierte en un expediente para no pensar, para no tener que aceptar la carga de la propia responsabilidad. Si todos los hacen o si es generalizado, entonces es comportamiento aceptado, ya no es necesario pensar. Es la reducción del ser humano al consumo masivo. Y hoy lo que se consumen ya son productos sino ideas, modos de comportarse o de actuar.
... La naca o el naco, para utilizar expresiones políticamente correctas, es un tipo de ser humano que integral y estructuralmente cae en la vulgaridad. Todos podemos caer en la vulgaridad, y en ese sentido “hacer el o al naco”, de manera más o menos esporádica. Lo grave es el surgimiento del naco funcional. Es naco para todo. Para vestir, hablar, comer o divertirse. Se trata de un naco o una naca todo terreno. Es naca o naco las 24 horas del día: ¡vaya, hasta para dormir!
El naco funcional es para la sociedad de consumo un elemento que hay que cuidar, promover, y garantizar que siga reproduciéndose de manea exponencial. Es naco por que es vulgar, común y corriente. Nos lo podemos encontrar hasta en la sopa; a la hora de comer el naco asoma de manera de prominente. Es funcional porque facilita la implantación del modelo cultural dominante: ley del menor esfuerzo, búsqueda de la comodidad, renuncia al uso de los facultades intelectuales, desarrollo de las conductas instintivas. El naco es un modelo de ser humano valiosísimo para una sociedad consumista. Su aceptación acrítica de todo lo que es producido por la publicidad, lo hace un excelente consumidor indiscriminado de todo lo que se le ofrece: desde ideas políticas hasta los atuendos personales. La única condición que el naco o la naca ponen para consumir a satisfacción, es que el producto venga ya hecho listo para consumirse, sin tener que desarrollar el más mínimo esfuerzo.
Lo naco es lo vulgar. La “naquez” –no sé si existe esta palabra y menos aún como se escribe- es cambio es estructurante. Configura al sujeto que la asume. Permea dentro de él y lo hace integral. El naco o la naca son nacos de los pies a la cabeza. Desde el corte de pelo o el calzado que usan, hasta sus gustos y aspiraciones. Hay nacos de boutique y de tianguis (ver si se escribe así). Hay nacos con el celular, el radio localizador y las corbatas de 100 dólares incorporados. Se regocijan en la vulgaridad de una imagen esterotipada, y su conducta chabacana los provee de un impermeable, en el que estrellan los intentos de muchas de personas para hacerlos reflexionar. Tal parece que el lema del naco o de la naca es simple: soy así porque así soy ¡Y qué! Es una tautología, pero el naco no lo sabe y normalmente se siente humillado por el uso de un lenguaje más o menos culto. Y aquí se corre un riesgo terrible, el naco o la naca que se sienten humillados, se transforman en nacas o nacos violentos: su poder destructor lo alcanza todo. Se repite en ellos, la situación descrita por Ionesco en el “Rinoceros”. La búsqueda del placer vital, lleva a confundir la vitalidad con el poder de destruir. Mientras más se asimilan a los rinocerontes, más lúdicos se vuelven, y el juego al que juegan es el de la muerte. No es de extrañar que la vulgaridad esta ligada a la suciedad, al deterioro, al cochambre, a la porquería que envilece los ambientes y los vuelve insalubres, lo cual es uno de los mayores atentados a la vida".

.... En México no todos somos ricos, la mayoria somos humildes, pero hasta en nuestra pobreza siempre supimos ser alegres, creativos, respetuosos, romanticos y hasta sentimentales, quiza tradicionales, seguramente sencillos y nobles pero nunca vulgares....

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