Cuando era niña escuche ese cuento del sapo que se convertia en principe, claro que cuando fui creciendo me di cuenta que fisicamente era un hecho imposible, pero quiza alguna parte dentro de mi guardo aquel cuento, pensando que aquel "sapo" con amor o por amor, se volveria un principe...
Muchas veces me eh engañado pensando que mi amor tiene el poder de "cambiar" a alguien, creyendo que soy yo una princesa que con un beso, podre convertir un diminuto reptil de muchas esfumaduras de colores, en un hombre bueno y guapeton, no es asi, nadie cambia si no quiere cambiar y nadie tiene el "poder" de cambiar a alguien por mas que lo ame...
Y no es solo un hecho fisico, no es un cambio de color de forma o de tamaño, sino se trata de alma de espiritu, pues ahi radica nuestro verdadero valor. Quiza era necesario mencionar en ese cuento que un sapo solo podria convertirse en principe si tuviera un alma de principe.
El verdadero problema de estos tiempos es que aunque fisicamente parezcamos "principes" y "princesas" , nuestra alma podria ser diminuta y fria como un sapo.
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