Y no se sí es más duro el nudo de la garganta,
Que aquel que sofoca al corazón,
Y soy débil y tengo ganas de gritar,
Pero no hay voz que quiera salir entre los dientes,
cuándo aveces las fuerzas me abandonan,
Y el silencio me mata.
Aveces mi corazón se envenena en su amargura,
Y me siento presa obligada a callar,
En el aparador de mis frustraciones.
Te miró aún de pie,
Aveces estas ahí y te miro y te escucho,
Pero no logró ni respirar por la herida,
Y miro y sé y sé y miro,
Pero no veo ni siento
Sólo duelo cuando tu voz calla a mis caprichos
Cuando tu mirada castiga mis miserias
Señor... A veces te tengo a veces no estoy
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