La clave corazón

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jueves, 20 de enero de 2011

El corazon llama...


"¡Quitadme os pido, todo mi ser, quitadme las manos, los pies, los ojos, y dejadme sólo el corazón para amaros!" son las palabras de creencia y fe que fueron pronunciadas por San Anselmo y que hoy son recordadas en la exposición "Corazón Sagrado".

el corazón –que ya desde la existencia de Mesoamérica tenía un sentido simbólico y ritual– es presentado como un objeto de culto que hace alusión al amor de Cristo hacia los hombres y al martirio redentor de Jesús; por tal motivo, la exposición está colmada de corazones encarnados y ceñidos con espinas, lo mismo que de corazones luminosos que son custodiados por ángeles.
El Sagrado Corazón nos recuerda el inmenso amor que Cristo siente hacia el hombre, y que este amor, aunque se duela por no ser correspondido, sigue existiendo; atendiendo a esto, las representaciones del sagrado corazón muestran un corazón herido (ya con espinas, ya con dagas), pues aquellas heridas que se ven, son un recordatorio de las que permanecen invisibles (las heridas de amor) y que son causadas por la indiferencia y el pecado del hombre.
“Corazón Sagrado” es una exposición temporal que se presentó ya en Zacatecas, Coahuila y Nuevo León, y que ahora llega a la Ciudad de México abriendo la oportunidad a cada persona de experimentar lo divino que hay en su corazón; la entrada es libre y la duración, hasta ahora, indefinida. Museo Soumaya es el espacio que alberga esta exposición, y se encuentra ubicado en la famosísima Plaza Loreto, al sur de la ciudad.
El museo invita a visitar la exposición para “accionar nuestro sistema respiratorio a la par de los latidos, llevando el ritmo cardiaco del sosiego al éxtasis y de ser posible al más profundo arrobo, siendo diapasones de lo que vemos al escuchar el concierto celebrado en nuestra alma”.
Devoción al Sagrado Corazón… ¿dónde?¿cómo?
La Devoción al Sagrado corazón de Jesús, que es el tema de esta exposición, nació en el siglo XVII cuando una religiosa, Santa Margarita María de Alacoque, tuvo visiones de Jesús.
En dichas visiones, Jesús le dijo a la religiosa lo mucho que amaba a los hombres y también le habló del dolor que ese amor le provocaba, pues los hombres, a causa del pecado, se alejaban de Dios.
Jesús pidió a la religiosa que enseñara a los hombres a quererlo y a evitar el pecado pues, de no hacerlo, los hombres no podrían llegar al cielo. La devoción al Sagrado Corazón de Jesús consiste en demostrar, con obras, el amor del hombre a Dios.


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